4 razones comunes para resistir el cambio en una organización

Las razones comunes para resistir el cambio en una organización son las siguientes:

Las organizaciones y sus miembros se resisten al cambio. La resistencia puede ser manifiesta, implícita, inmediata o diferida. Los gerentes pueden enfrentar fácilmente la resistencia inmediata y directa en comparación con la resistencia al cambio que es implícita o diferida.

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La mayoría de los esfuerzos de cambio organizacional eventualmente encuentran alguna forma de resistencia de los empleados. El cambio desencadena una reacción emocional racional e irracional debido a la incertidumbre involucrada.

¿A quiénes resisten las personas al cambio?

Cuatro razones comunes para resistir el cambio son:

1. Interés parroquial:

Una razón por la que algunas personas se resisten al cambio organizacional es el temor de perder algo que valoran. Los individuos temen la pérdida de poder, recursos, libertad para tomar decisiones, amistades y prestigio.

2. Malentendido y falta de confianza:

Cuando los individuos no entienden completamente por qué ocurre el cambio y cuáles son sus implicaciones, se resisten al cambio. Es más probable que se produzcan malentendidos acerca de la intención y las consecuencias del cambio organizativo cuando falta confianza entre el individuo y la persona que inicia el cambio.

3. Diferentes evaluaciones:

Dado que los individuos ven el cambio (su intención, la posible consecuencia y el impacto personal) de manera diferente, a menudo hay diferentes evaluaciones de la situación. Aquellos que inician cambios ven más resultados positivos debido al cambio, mientras que aquellos que se ven afectados y no inician los cambios ven más costos involucrados con el cambio.

4. Baja tolerancia al cambio:

Las personas se resisten al cambio porque temen que no podrán desarrollar las nuevas habilidades necesarias para tener un buen desempeño. Las personas pueden entender claramente que el cambio es necesario, pero son emocionalmente incapaces de hacer la transición.

También se encuentra una baja tolerancia al cambio en individuos que se resisten al cambio para salvar la cara. Asumirían que hacer los ajustes y cambios necesarios sería una admisión abierta de que algunos de sus comportamientos, decisiones y actitudes anteriores estaban equivocados.

La resistencia al cambio es una respuesta humana, y la gerencia debe tomar las medidas necesarias para minimizar dicha resistencia. Minimizar la resistencia puede reducir el tiempo que lleva aceptar o tolerar el cambio.