4 elementos básicos de la educación con propósito

Algunos de los elementos básicos de la educación intencional son los siguientes:

Como otro programa para relacionar la educación con la vida y la productividad, recomendamos que la experiencia laboral se introduzca como parte integral de toda la educación general o vocacional. Definimos la experiencia laboral como la participación en el trabajo productivo en la escuela, en el hogar, en un taller, en una granja, en una fábrica o en cualquier otra situación productiva.

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En nuestra opinión, toda educación buena y útil debe constar de al menos cuatro elementos básicos:

1. 'alfabetización' o un estudio de las lenguas, las humanidades y las ciencias sociales;

2. 'Numeracy' o un estudio de las matemáticas y las ciencias naturales;

3. Experiencia laboral; y

4. Servicio social.

En el sistema educativo actual, la mayor parte del tiempo se dedica primero, aunque incluso en esta esfera limitada, los logros no son apreciables. El segundo, como se indicó anteriormente, todavía es bastante débil y necesita mucho énfasis. Pero el tercero y el cuarto han estado casi totalmente ausentes hasta hace poco y deben destacarse: el primero, principalmente por relacionar la educación con la productividad, y el segundo como un medio de integración social y nacional.

La necesidad de incluir la experiencia laboral como parte integral de la educación es, hasta cierto punto, inherente a la naturaleza y organización de la educación formal. Tradicionalmente, un individuo creció en sociedad a través de la participación en sus actividades, y la experiencia laboral formó la mayor parte de su educación.

Si bien este método tenía varias ventajas, su debilidad consistía en que no era esencialmente dinámico y progresivo y tendía a perpetuar los patrones tradicionales de comportamiento. La educación formal, por otro lado, tendía a retirar temporalmente al niño de la participación en actividades de la comunidad y a capacitarlo, en un entorno artificial, para su futuro rol en la sociedad.

Esto creó una división entre el mundo del trabajo y el mundo del estudio. Este defecto es particularmente visible en nuestro sistema de educación, que tiende a fortalecer la tradición de denigrar el trabajo y aliena a los estudiantes, particularmente a los alumnos de primera generación, de sus hogares y comunidades.

La introducción de la experiencia laboral tiene como objetivo superar, en cierta medida, estas debilidades y combinar las ventajas de los sistemas de educación formal e informal.