Hueso maxilar: notas útiles sobre el hueso maxilar de la calavera humana

¡Aquí están tus notas sobre el hueso de Maxillae de Human Skull!

Los maxilares son un par de huesos neumáticos irregulares y forman juntos la mandíbula superior. Cada maxilar presenta un cuerpo con forma piramidal y cuatro procesos: cigomático, frontal, alveolar y palatino.

Cuerpo:

Contiene el seno maxilar y presenta cuatro superficies: anterior, posterior, orbital y nasal (Figs. 1.21, 1.22).

La superficie anterior se dirige hacia adelante y lateralmente, y cerca del proceso alveolar está marcado por una prominencia prominente canina causada por la raíz del diente canino. Medial a la eminencia y por encima de los dientes incisivos se encuentra la fosa incisiva; Lateral a la eminencia se encuentra la fosa canina.

La fosa incisiva se adhiere al depresor septi y una parte de la orbicularis está cerca del borde alveolar; La parte alar de la nariz se une a la parte superior y lateral de la fosa.

La fosa canina más profunda proporciona adherencia al elevador del angulo oris, y el foramen infraorbitario se encuentra sobre el músculo para el paso de los vasos infraorbitales y el nervio. Justo por encima del foramen infraorbitario y cerca del margen inferior de la órbita, la superficie anterior da origen al elevador labii superioris.

Desde el foramen, un canal infraorbitario óseo se extiende hacia atrás y hacia arriba, y aparece en la superficie orbital del maxilar, donde es continuo con un surco más atrás. Medialmente, la superficie anterior presenta una muesca nasal profundamente cóncava, cuyo extremo inferior se encuentra con la muesca similar del otro lado y se proyecta hacia adelante como la espina nasal anterior. La muesca nasal se adhiere a la parte transversal del músculo nasal (nares del compresor).

La superficie posterior (infratemporal) es convexa, está postero-lateralmente y forma el límite anterior de las fosas infratemporal y pterygopalatine. Está separado de la superficie anterior por una cresta que asciende desde la raíz del primer diente molar hasta el borde inferior del proceso cigomático del maxilar; La cresta actúa como una línea de refuerzo para la dispersión de la fuerza masticatoria desde los dientes molares superiores a la base del cráneo. La superficie posterior presenta tres características:

1. Uno o más agujeros cerca del centro para el paso de los vasos y nervios alveolares superiores posteriores;

2. Un surco oblicuo en la parte superior se extiende lateralmente y hacia arriba, sobre el cual descansa el nervio maxilar; el surco aparece en la superficie orbital a través de la fisura orbital inferior como el nervio infraorbitario donde los vasos infraorbitales acompañan.

3. Una elevación redondeada de la tuberosidad maxilar afecta la parte inferior de esta superficie detrás del tercer diente molar. Se articula parcialmente con el proceso piramidal del hueso palatino y proporciona un deslizamiento de origen a las fibras superficiales del músculo pterigoideo medial.

La superficie orbital es triangular y forma la mayor parte del piso de la órbita. Anteriormente, está limitado por el margen inferior de la órbita que es medialmente continuo con la cresta lagrimal anterior del proceso frontal del maxilar (ver más adelante).

La superficie orbital presenta un borde posterior libre que forma el límite antero-medial de la fisura orbital inferior y se marca cerca de su centro al comienzo del surco infra-orbital; el último contiene los vasos infraorbitales y el nervio, y continúa hacia adelante como el canal infraorbitario a lo largo del techo del seno maxilar y aparece en la superficie anterior como un foramen del mismo canal.

Dentro de la pared anterior del seno maxilar, el canal sinuoso surge desde la mitad del canal infraorbinal y corre al principio lateralmente, luego se enrosca medial y hacia abajo debajo del foramen infraorbitario para el paso de los vasos y nervios alveolares superiores anteriores.

El margen medial de la superficie orbital presenta una muesca lagrimal en el frente para la formación del canal naso-lacrimal; El resto del margen se articula desde antes hacia atrás con la placa lagrimal, orbital del proceso etmoideo y orbital de los huesos palatinos. Justo lateral a la muesca lagrimal, la superficie se adhiere al músculo oblicuo inferior de la bola del ojo.

La superficie nasal forma la pared lateral de la cavidad nasal y representa la base del cuerpo del maxilar superior. En el cráneo desarticulado presenta un hiato maxilar grande e irregular que conduce al seno maxilar. El margen superior del hiato es áspero y se une con el laberinto del hueso etmoideo. El área lisa debajo del hiato está superpuesta por la concha nasal inferior y forma la pared lateral del meato inferior de la cavidad nasal.

Un surco naso-lacrimal se encuentra verticalmente frente al hiato; se convierte en un canal por articulación con el proceso descendente del hueso lagrimal desde arriba y el proceso lacrimal de la concha nasal inferior desde abajo.

El canal nasolagrimal, así formado, se abre hacia el meato inferior. Una cresta conchal oblicua yace más adelante del surco para la articulación con la concha nasal inferior y el área debajo de ella forma la parte anterior del meato inferior. El área rugosa detrás del hiato maxilar es atravesada por una ranura que se extiende hacia abajo y hacia adelante; se superpone y se articula con la placa perpendicular del hueso palatino que se extiende más adelante para cubrir el hiato maxilar.

La placa perpendicular tiene un surco que con un surco similar del maxilar, como se mencionó anteriormente, forma el canal palatino mayor para el paso de los vasos y nervios palatinos mayores y menores.

En el cráneo articulado, el hiato maxilar se reduce de tamaño por los siguientes huesos (Fig. 1.23): proceso uncinate del proceso etmoideo y descendente de los huesos lacrimales desde arriba; Proceso maxilar de la concha nasal inferior desde abajo; Proceso maxilar de la placa perpendicular del hueso palatino por detrás.

El hiato reducido presenta dos orificios, uno debajo del proceso uncinate y el otro arriba. En el estado reciente, la abertura inferior suele estar cerrada por un tapón de membrana mucosa, y la abertura superior persiste para comunicar el seno maxilar con el meato medio a través del hiato semilunar.

Proceso cigomático:

Se proyecta lateralmente desde la unión de las superficies anterior, posterior y orbital, y tiene un área áspera triangular en su superficie superior para la articulación con el proceso maxilar del hueso cigomático. Representa el vértice del cuerpo piramidal.

Proceso frontal:

Es un proceso triangular fuerte que se proyecta hacia arriba con una inclinación hacia atrás. El proceso presenta una punta truncada, bordes anterior y posterior, superficies lateral y medial.

La punta se articula con la muesca nasal del hueso frontal, el borde anterior con el hueso nasal y el borde posterior con el hueso lagrimal.

La superficie lateral está dividida por una cresta ósea vertical, la cresta lagrimal anterior, en partes anteriores y posteriores. La cresta lagrimal se adhiere a la fascia lagrimal y, cerca de su centro, se une el ligamento palpebral medial.

La parte anterior por encima y por debajo del ligamento palpebral se adhiere al orbicularis oculi, y más adelante al levator labii superioris alaque nasi. La parte posterior está ranurada y con un surco similar del hueso lagrimal adyacente forma la fosa lacrimal para el alojamiento del saco lacrimal.

La superficie medial está marcada por una cresta, la cresta etmoidal, que se inclina hacia abajo y hacia adelante. La parte posterior de la cresta se articula con la concha nasal media y la parte anterior permanece libre y forma la nariz nasal.

El área sobre la cresta etmoidal se articula con la superficie anterior del laberinto del hueso etmoideo y completa las paredes de los senos etmoidales anteriores. El área debajo de la cresta etmoidal y que se extiende hasta la cresta conchal forma una depresión para el atrio del meato medio.

El proceso frontal grueso se encuentra en la línea de contrafuerte para la dispersión de la fuerza del impacto desde los dientes frontales hasta la base del cráneo.

Proceso alveolar:

Se extiende hacia abajo y se arquea, siendo más ancho por detrás. Lleva las cavidades para los dientes de la mandíbula superior, y los procesos de ambos lados forman juntos el arco alveolar. Las cavidades reciben las raíces de los dientes conectadas por tejido fibroso formando gomfosis.

El zócalo para el diente canino es el más profundo, los de los molares son más anchos y cada uno tiene tres zócalos para acomodar tres raíces. La superficie externa del proceso alveolar opuesto a los tres dientes molares se adhiere al buccinador. Las superficies externas e internas están cubiertas por el mucoperiostio de la encía de la mandíbula superior.

La fórmula dental de los adultos que afecta a cada mitad de cada mandíbula es: 2, 1, 2, 3: dos incisivos, uno canino, dos premolares y tres molares. En niños después de dos años, la fórmula dental se presenta como: 2, 1, 2- dos incisivos, un canino y dos molares de leche.

Proceso palatino:

Se proyecta medialmente como un estante horizontal grueso desde la unión de la superficie nasal del cuerpo del maxilar y su proceso alveolar, y se une con el proceso palatino del hueso opuesto para formar el tres cuartos anterior del paladar duro. Cada proceso presenta superficies inferiores y superiores, bordes mediales y posteriores (Fig. 1.24).

La superficie inferior es cóncava, desigual y presenta numerosas depresiones para las glándulas palatinas. Postero-lateralmente está marcado por dos surcos para el paso de los vasos y nervios palatinos mayores.

Una depresión cónica conocida como fosa incisiva implica la sutura intermaxilar detrás de los dientes incisivos centrales. La pared lateral de la fosa presenta en cada lado el foramen incisivo lateral que se comunica con el suelo de la cavidad nasal.

Cada foramen transmite el nervio naso-palatino largo desde arriba y las ramas terminales de los vasos palatinos mayores desde abajo. En ocasiones, los agujeros incisivos anterior y posterior afectan respectivamente la pared anterior y posterior de la fosa. Cuando está presente, el foramen anterior transmite el nervio naso-palatino izquierdo y el foramen posterior el nervio naso-palatino derecho.

A menudo se encuentra una línea sutural que se extiende bilateralmente en cráneos jóvenes desde la fosa incisiva hasta la unión entre el incisivo lateral y los dientes caninos. La porción del hueso delante de la sutura se conoce como premaxila (os incisivum) que se osifica de centros separados y se desarrolla a partir de una fuente separada.

La superficie superior es lisa, cóncava de lado a lado y forma la mayor parte del piso de la cavidad nasal.

El borde medial del proceso palatino se articula con su compañero y forma una cresta nasal elevada que está acanalada para recibir el borde inferior del vómer. La cresta nasal se eleva aún más hacia el frente para formar la cresta incisiva y se proyecta hacia adelante como la espina nasal anterior.

El borde posterior está aserrado para la articulación con la parte horizontal del hueso palatino.

Osificación:

El maxilar propiamente dicho se osifica en la membrana desde un solo centro que aparece en la fosa canina en la sexta semana de vida intrauterina. Dos centros aparecen para la premaxilla en la séptima semana o más tarde.

El seno maxilar se desarrolla como un surco superficial en el cuarto mes fetal en el lado nasal del cuerpo del maxilar.

Al nacer, los vasos infra-orbitales y el nervio se encuentran en una ranura abierta a lo largo del piso de la órbita, que posteriormente se convierte en un canal óseo en la parte anterior.

El hueso etmoideo :

El etmoide es hueso no pareado, frágil, neumático e irregular. Consiste en una placa cribriform horizontal y un par de laberintos, cada uno de los cuales se extiende hacia abajo desde el margen lateral de las placas cribriformes como una masa ósea cuboidal, llena de aire y frágil (Figs. 1.25, 1.26).

Lámina cribosa:

Rellena la muesca etmoidal entre las dos placas orbitales del hueso frontal y presenta una serie de aberturas en cada lado para el paso de los nervios olfativos con sus cubiertas aracnoideas. La placa posee un margen posterior, y superficies superior e inferior; la superficie superior forma el piso de la fosa craneal anterior y la superficie inferior el techo de la cavidad nasal.

El margen posterior se articula con la espina etmoidal del cuerpo del esfenoides.

La superficie superior presenta en el plano medio una cresta triangular levantada, la crista galli. El borde posterior de crista galli es largo y se adhiere al extremo anterior offalx cerebri; el borde anterior corto de la cresta se divide en dos alas para unirse con el hueso frontal y forma el límite posterior del foramen ciego. (Para más detalles ver el hueso frontal).

La placa perforada a cada lado de crista galli sostiene el giro recto del lóbulo frontal y el bulbo olfativo. La parte anterior de la superficie superior a cada lado de la cresta presenta una hendidura ocupada por la duramadre, y además lateralmente un pequeño foramen para el paso de los vasos etmoidales anteriores y el nervio.

La superficie inferior presenta en el plano mediano una placa perpendicular cuadrilátero que se proyecta hacia abajo para formar la parte superior del tabique nasal (Fig. 1.27). El borde anterior de la placa perpendicular se inclina hacia abajo y hacia adelante, y se articula con la columna nasal del hueso frontal y con la cresta formada por la unión de dos huesos nasales; El borde posterior se articula en la parte superior con la cresta esfenoidal y en la parte inferior con el vómer; El borde inferior está estriado para recibir el cartílago septal de la nariz.

Laberintos:

Cada laberinto tiene forma cuboidal y contiene varias células etmoidales de aire entre la placa orbital lateralmente y la placa nasal medialmente. Los senos etmoidales están dispuestos en grupos anterior, medio y posterior; En el cráneo desarticulado, las paredes de algunos senos de aire se mantienen abiertas y solo se cierran cuando los huesos adyacentes se ensamblan para la articulación. Los senos, sin embargo, se comunican en estado reciente con los meatos de la cavidad nasal.

La superficie superior de cada laberinto se articula con el amplio margen medial de la placa orbital del hueso frontal; Los canales etmoidales anteriores y posteriores se extienden transversalmente a través del área de articulación y transmiten, respectivamente, los vasos y nervios etmoidales anteriores y posteriores.

La superficie anterior se articula con el hueso lagrimal y el proceso frontal del maxilar y completa los senos etmoidales anteriores. La superficie posterior se une con la parte vertical superior de la concha esfenoidal y el proceso orbital del hueso palatino. La superficie inferior, representada por el margen inferior de la placa orbital, se articula con el margen medial de la superficie orbital del cuerpo del maxilar.

La placa orbital es una placa vertical delgada y oblonga que forma la pared medial de la órbita y se superpone a las células etmoidales posterior y media.

La placa nasal en la superficie medial del laberinto forma parte de la pared lateral de la cavidad nasal (Fig. 1.26). Termina debajo como una placa curva, la concha nasal media, que es convexa medial y presenta un margen inferior; el último es libre en la parte intermedia, pero se articula delante de la cresta etmoidal del proceso frontal del maxilar y detrás de la cresta etmoidal de la placa perpendiculada del hueso palatino.

El meato medio del laberinto es un espacio lateral a la concha media y muestra las siguientes características:

(a) Un proceso uncinado en forma de gancho se proyecta hacia abajo y hacia atrás, y se une al proceso etmoidal de la concha nasal inferior;

(b) La bulla ethmoidalis es una elevación redondeada que contiene células de aire etmoidal media y se proyecta en la pared lateral del meato medio; Las células etmoidales medias se abren en o encima de la ampolla;

(c) El hiato semilunar es un intervalo entre el proceso de uncinate por debajo y por delante, y la bulla ethmoidalis por encima y por detrás. Un pasaje óseo, el infundíbulo, se extiende hacia arriba y hacia adelante dentro del laberinto desde la parte anterior del hiato semilunar, recibe la apertura de las células de aire etmoidales anteriores y su punta generalmente se comunica con el seno frontal a través del conducto fronto-nasal. (Para más detalles, vea la cavidad nasal y los senos paranasales).

La parte posterior de la superficie nasal sobre la concha nasal media presenta un estrecho oblicuo surco, el meato superior, que está limitado por una placa curva conocida como concha nasal superior; El meato superior recibe las aberturas de los senos etmoidales posteriores. El área sobre la concha superior y la que interviene entre el etmoide y el cuerpo del esfenoides se conoce como receso esfeno-etmoidal, en el cual se abre el seno esfenoidal.

Osificación:

El hueso etmoideo está osificado en tres centros de la cápsula nasal cartilaginosa: uno para cada laberinto y otro para la placa perpendicular.

Los centros de los laberintos aparecen durante los meses fetales cuarto y quinto, y los de la placa perpendicular aparecen durante el primer año. La fusión de los tres componentes tiene lugar en el segundo año. Las células etmoidales del aire se desarrollan como bolsas estrechas en la vida intrauterina.

Los huesos lagrimales:

Estas son placas delgadas y frágiles de huesos pareados, con la forma de una uña y el más pequeño de todos los huesos craneales. Cada hueso presenta cuatro bordes y dos superficies, lateral y medial (fig. 1.28).

El borde anterior se articula con el proceso frontal del maxilar, el borde posterior con la placa orbital del etmoides, el borde superior con la muesca nasal del frontal y el borde inferior con la superficie orbital del maxilar.

La superficie lateral (orbital) está dividida por la cresta lagrimal posterior en una parte ranurada anterior y una parte aplanada posterior. La parte anterior con el surco adyacente del proceso frontal del maxilar forma una fosa lagrimal para el alojamiento del saco lagrimal; el surco se extiende por debajo como un proceso descendente que se une con la punta del proceso lagrimal de la concha nasal inferior y completa el canal naso-lacrimal articulando con los márgenes del surco naso-lacrimal del maxilar.

La parte posterior forma la pared medial de la órbita. La cresta lagrimal posterior se adhiere a la fascia lacrimal y proporciona apego a la parte lagrimal de orbicularis oculi. Remontada a continuación, la cresta lacrimal se proyecta hacia adelante como un hamulus en forma de gancho que completa la abertura superior del canal naso-lacrimal.

La superficie medial (nasal) se superpone para la articulación con la superficie anterior del laberinto del hueso etmoidal y completa las paredes de las células etmoidales anteriores. La parte postero-inferior de la superficie medial forma parte del meato medio.

Determinación lateral:

Coloque la ranura lagrimal al frente, la continuación proyectada de la ranura inferior y la cresta lagrimal posterior que afecta a su superficie orbital determina el lado del hueso.

Osificación:

Se osifica en membrana desde un solo centro en el tercer mes intrauterino.

Los huesos nasales:

Estos son un par de huesos pequeños y robustos que forman la parte superior del puente de la nariz. Cada hueso tiene un contorno triangular, con el vértice truncado dirigido arriba. Presenta un vértice, una base, dos bordes (lateral y medial, y dos superficies) exterior e interior (Fig. 1.29-a, b).

El ápice es grueso, aserrado y se articula con la muesca nasal del hueso frontal.

La base es delgada, dentada y continua con el cartílago nasal lateral. El foramen entre ellos transmite el nervio nasal externo como una continuación del nervio etmoidal anterior.

El borde lateral se une con el proceso frontal del maxilar.

El borde medial es grueso arriba y delgado abajo, se articula con su seguimiento y forma

Internamente una cresta nasal; este último se articula desde arriba hacia abajo con la columna nasal de la placa frontal y perpendicular de los huesos etmoidales.

La superficie exterior es convexa de lado a lado y cóncava de arriba hacia abajo, y presenta cerca de su centro un foramen a través del cual una vena pasa desde la membrana mucosa nasal. La superficie está cubierta por el procerus y una parte de los músculos nasales.

La superficie interna (nasal) es cóncava, cubierta por la membrana mucosa y es atravesada por un surco longitudinal para el nervio etmoidal anterior.

Osificación:

El hueso nasal se osifica en la membrana desde un solo centro que aparece en el tercer mes intrauterino.