Principios rectores para determinar la política financiera

En términos generales, una serie de economistas han sugerido los siguientes principios rectores para determinar la política financiera (con respecto a la división de recursos y ajustes) de un gobierno federal:

1. Autonomía y Responsabilidad:

Cada gobierno en una federación debe ser autónomo e independiente en sus asuntos financieros internos. Es decir, cada unidad federadora debe tener sus propios medios de ingresos y el alcance del gasto para poder llevar a cabo sus funciones de manera efectiva. El principio de autonomía y responsabilidad también implica que, en la medida de lo posible, el centro no debe interferir en asuntos que son responsabilidad exclusiva de los estados.

Esto, sin embargo, no significa que todos los estados de una federación tendrán total independencia o autonomía en lo que se refiere a las funciones y finanzas. Si esto fuera así, habrá algunos estados con grandes fondos excedentes que son inutilizables y otros con una escasez de recursos.

Por lo tanto, habrá desigualdad y desequilibrios entre un estado y otro. Una cierta medida de coordinación y control por parte del gobierno federal es esencial para un sistema financiero sano y sólido en una configuración federal.

2. Adecuación de la elasticidad:

Los recursos de cada unidad deben ser adecuados para satisfacer las necesidades inmediatas del presente y también deben ser lo suficientemente elásticos para satisfacer las crecientes necesidades del futuro.

Puede suceder que los estados deban incurrir en grandes gastos en educación, salud pública y desarrollo agrícola, que requieren recursos enormes y crecientes, y los ingresos recaudados por ellos pueden no ser suficientes para satisfacerlos. En este caso, el gobierno central los asiste a través de subvenciones, etc. o transfiriendo recursos de los estados con superávit a los de déficit.

Del mismo modo, el propio gobierno central puede necesitar enormes recursos durante emergencias, guerras o para planificar el desarrollo. El Centro debe tener el poder de reunir los recursos de los distintos estados para cumplir con dichos requisitos.

3. Uniformidad y equidad:

Este principio implica que la contribución de las diferentes unidades federadas a las cargas comunes es equitativa. La contribución de cada estado en los impuestos federales debe ser de acuerdo con su capacidad o condición económica. El criterio de uniformidad también implica que no debe haber discriminación entre ciudadanos de diferentes estados de la federación.

Sin embargo, algunas concesiones otorgadas a las secciones más débiles y a los estados atrasados ​​en aras de la equidad y la justicia son bastante compatibles con el principio de uniformidad. Para lograr la equidad en los impuestos, se debe mantener un equilibrio adecuado entre los impuestos directos e indirectos.

4. Eficiencia administrativa y economía:

Los impuestos asignados a las diferentes unidades federadas deben ser tales que puedan ser administrados de manera eficiente y económica. Por ejemplo, un gobierno estatal no puede registrar y cobrar económicamente el impuesto sobre la renta.

Debe ser asignado al gobierno central. El costo de la recaudación de impuestos debe ser mínimo similar; No debe haber margen para el fraude y la evasión de impuestos. También debe evitarse la doble y múltiple imposición.