12 consejos rápidos para convertirse en un buen oyente

Aquí hay algunos consejos rápidos que te ayudarán a ser un buen oyente.

En la práctica, una escucha efectiva significa que se hable todo el mensaje. Puede ser una "escucha enfática" o cualquier otra escucha mejor que eso. En los negocios, uno tiene que escuchar en situaciones formales e informales, para obtener información, opiniones, etc. El estilo de escucha debe ajustarse a la gravedad de la ocasión.

Ser un oyente eficaz es superar las barreras para escuchar a medida que crece la importancia de uno en una organización, aumenta la necesidad de escuchar adecuadamente. En algunas posiciones es inusualmente alto, por ejemplo, para un PRO o un oficial de reparación de quejas. Por otro lado, la escucha efectiva es una escalera natural al éxito. La escucha se hace efectiva de diferentes maneras cuando,

(a) Usted está en una posición más alta y,

(b) Una posición más baja o un miembro de una gran audiencia.

Aquí hay algunos consejos generales para esto:

1. Colóquese mentalmente:

Deja de hablar, deja de lado tus pequeñas tareas y trata de hablar con el orador.

2. Haga el altavoz cómodo:

Dé un estímulo emocional al orador con una actitud de bienvenida al mensaje. Demuestra que quieres escuchar. Una sonrisa, un contacto visual o una frase alentadora como "Por favor, adelante" o "Cuéntamelo todo" puede ser suficiente.

3. Sintonice el mensaje hablado:

Ajuste su actitud mental al tema y al mensaje, incluso si es sorprendente o nuevo. Sea receptivo y sea positivo al respecto. Esto es empatía: sentir como el orador siente.

4. Sea paciente:

El orador puede tener una larga historia para relajarse. Puede sonar demasiado largo. Él / ella puede ser indiferente al respecto. Puede que no encuentre palabras rápidamente, se detenga en el habla, divague en la mente. Él puede ser desorganizado. Todas estas situaciones requieren una respuesta del paciente si el orador es importante para su negocio.

5. No interrumpas:

Una interrupción puede romper la cadena de pensamiento del hablante o molestarlo. A veces es mejor que lo escuches aunque lo sepas. Una demostración de su conocimiento puede reducir la importancia del hablante.

6. Concentrarse con esfuerzo:

Algunos gerentes tienen una radio en el fondo mientras se lleva a cabo una discusión. El oyente debe cambiar mentalmente la canción, etc. y cambiar la conversación. Esto requiere un filtro de audio en ti. Con la concentración esto es posible.

7. Revisa tu temperamento:

Si el oyente es grosero o enojado, la información vital puede detenerse. Las diferencias se pueden expresar educadamente; Los errores pueden ser soportados con generosidad.

8. Sea suave al expresar críticas:

La crítica es la desaprobación de los actos o palabras de la otra persona, tal vez de toda su personalidad. La mayoría de la gente agradecería las críticas si se tratara de una sugerencia. "Eso fue una tontería de tu parte" puede ser reemplazado por "Pero podrías haberlo hecho de otra manera, todavía puedes hacerlo de otra manera".

9. Apreciar y animar:

Como oyente individual puede sonreír o pronunciar palabras de alabanza. Se puede insertar “Maravilloso” o “Bien hecho” mientras se escucha. Como miembro de una audiencia masiva puede animar al orador. Como un oyente proactivo puede convertirse en el animador.

10. Hacer preguntas:

Las preguntas lo ayudan a dirigir la conversación de la manera que le interesa y ayudan al orador a organizar su mensaje, edítelo al punto. Las preguntas también pueden ser una forma de aliento.

11. Sé sincero en tus reacciones:

Como gerente ocupado y práctico, le conviene expresar su opinión de manera honesta, sin una falsa glosa. Las personas que se expresan honestamente (aunque con tacto) eventualmente son más apreciadas. La sinceridad, por supuesto, requiere confianza en sí mismo.

12. Cierre en una nota cordial:

La reconciliación es el objetivo de todas las transacciones humanas. Por lo tanto, después de que haya diferido y discutido, deje que la conversación termine con una nota agradable. En la diplomacia, esto es de suma importancia: mantener las puertas abiertas para futuras conversaciones. "Aceptemos estar en desacuerdo" puede ser tu lema.